lunes, 14 de junio de 2010

Tomate azul

El tomate es un fruto en cuyo historial de beneficios cuenta con la capacidad de disminuir el riesgo de cáncer de próstata, pulmón y estómago; a lo que hay que añadir una larga lista de sustancias nutritivas, como las vitaminas A y C, B, PP y K, minerales como fósforo, hierro, calcio, magnesio, manganeso, zinc, cobre, potasio y sodio, Glutatión (antioxidante celular que ayuda a depurar los productos tóxicos e impide la acumulación de materiales pesados, como el plomo), y Bioflavonoides (pigmentos encargados de mantener la integridad de la pared celular, reduciendo su fragilidad y permeabilidad). Es capaz de crear fácilmente una gran cantidad de biomasa y se produce durante todo el año. Posee una gran demanda en el mercado actual y al ingerirse crudo no se pierden sus propiedades.

Investigadores del Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas (IBMCP) en España han desarrollado tomates transgénicos azules. Lo que se pretende es mejorar la calidad del tomate como alimento mientras que, al mismo tiempo, se trabaja con este como una biofactoría, es decir, como un conjunto de células que producen proteínas para intereses terapéuticos.

El color azul proviene de la acumulación de compuestos naturales y antioxidantes que se encuentran en otras partes de la planta. El porqué son azules tiene un motivo sencillo: la distinción del producto terapéutico (tomates azules) del producto normal, para evitar la confusión del consumidor.

Estos tomates azules poseen un mayor porcentaje de antioxidantes y vitaminas, mejor aroma y sabor, careciendo al mismo tiempo de semillas. Además de las proteínas innatas del mismo, poseen otras proteínas que sirven para crear vacunas, antidiarreicas fundamentalmente, para uso humano y animal, y tolerógenos para una serie de enfermedades. Por ejemplo, es el caso de la producción de anticuerpos secretorios, un tipo de proteínas que proporcionan una terapia inmunológica "pasiva oral" (es decir, cuando se consume el tomate cubriría la mucosa y protegería de agentes infecciosos que normalmente se ingieren en el tracto digestivo). En este caso el tomate actuaría como solución a los problemas diarréicos, sustituyendo un medicamento por la simple ingestión de este fruto.

El IBMCP participa en un proyecto de secuenciación del genoma del tomate, aún sin completar. Con esto se pretende identificar los genes que más interesan al sector agrícola o sanitario. Un investigador señaló que las plantas transgénicas del tomate son esenciales para averiguar cuál es la función de cada gen en la formación de un fruto de calidad, el cual podría adaptarse a unas condiciones diferentes de las habituales.

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